En nuestra sociedad actual, el ser humano tiene una fuerte tendencia a ser reactivo a los problemas. Es decir, ha dejado de pensar y planear las acciones que hace día a día y por ende no tiene conocimiento de las consecuencias de sus acciones. Hace años podría decirse que esta actitud era únicamente de niños o adolescentes inmaduros; pero la verdad es que esos adolescentes inmaduros han crecido y todavía seguimos siendo inmaduros en muchas áreas de nuestra vida.
Muy seguramente, tu eres o has sido participe de alguna de estas acciones las cuales inconscientemente sabemos que los resultados no serán nada favorables para ti y quizá las personas que te rodean.
Cuántas veces has visto a personas comprar cajetillas de cigarros en las cuales por todos lados de la misma caja y por otros medios de difusión te hacen ver que el consumo de este producto puede tener efectos letales para tu salud. Sin embargo, aún así lo compran y consumen. ¿Por qué?
Seguramente has visto este mismo comportamiento con personas que tienen una alta tendencia a consumir bebidas alcoholicas en exceso. ¿Por qué lo hacen?
Por citar otro ejemplo similar, vemos como personas han modificado sus hábitos alimenticios descuidando las cantidades de alimentos que consume y el cómo ayuda a su cuerpo para tener una salud estable. ¿Por qué lo hacen?
En fin, es un patrón de comportamiento que el ser humano tiene para hacer algunas actividades y las cuales, también está consciente sobre el daño que hace y la forma en que puede afectar a las personas que rodea.
Finalmente en la actualidad pareciera ser que hasta no haberles detectado enfermedades como cáncer en los pulmones, cirrosis, diabetes, colesterol etc. es cuando el ser humano tiende a reaccionar (por cierto tarde) y reflexionar sobre las causas que originaron estas enfermedades pocas veces reversibles.
¿Por qué el ser humano tiende a ser reactivo esperando tener el problema para reaccionar y buscar soluciones?. Todo pareciera ser que la mejor forma para evitar este problema social es la autorreflexión de las acciones que hacemos día a día y alinear nuestras decisiones diarias con lo que deseamos ser y tener. Así evitaremos afrontar problemas innecesarios. Claro que esto implica formar un nuevo hábito que seguramente podría costar un poco de trabajo adoptarlo pero creo que bien vale la pena hacerlo para asegurar una mejor calidad de vida tanto personal como profesional.
Esto, no solo aplica para nuestra vida personal y nuestras relaciones sociales, también aplica para nuestra vida profesional. Semanalmente cuestiona qué actividades estás haciendo que ayuden a ser la persona que quieres ser e identifica cuáles son las que no te ayudan en nada. Alinea tus acciones diarias con la visión de la persona que deseas ser en un futuro. Vaya, en otras palabras, si sabes que tu mismo estás poniendote la soga en el cuello, creeme que nadie va a venir a alinear tu vida. Tú eres la única persona responsable de quitarte la soga del cuello y seguir adelante.
Espero y esta reflexión haya servido para alinear un poco tus pensamientos y tus acciones diarias. Si crees que puede ayudar a otras personas tan solo haz click en "compartir" o click en el botón "share" del inicio de este artículo.
